Las gafas, ya sean de sol o de vista, son un complemento que nos acompaña a muchos de nosotros en nuestra vida diaria. Yo misma he usado gafas de ver durante muchos años y, aunque siempre he cuidado muy bien de ellas, tarde o temprano me ha cambiado la graduación o se me han roto, por lo que me he visto obligada a comprar otras nuevas.
En mi caso, ya puse fin a mi relación con las gafas de ver, ya que me operé de la vista en 2023, así que desde entonces ya no uso ni gafas de ver ni lentillas. Eso sí, sigo usando gafas de sol sin graduar. Pero la pregunta que surge en este caso es, ¿dónde debemos tirar las gafas viejas?
Impacto ambiental de las gafas
Las gafas están fabricadas con varios materiales: metales, plásticos, cristales, entre otros. Si tiramos nuestras viejas gafas al contenedor de restos, estas gafas terminarán en un vertedero.
Por ello, es importante que nos deshagamos de nuestras gafas usadas de manera correcta, ya que estos complementos no son biodegradables y por sí solos no se van a descomponer.
Opciones sostenibles para tirar las gafas viejas
Si estás pensando en deshacerte de tus viejas gafas te dejo a continuación algunas opciones sostenibles.
1. Reciclar tus viejas gafas
Muchas ópticas y minoristas de gafas cuentan con un programa de recogida y reciclaje de gafas viejas. Por ejemplo, Multiopticas y la Fundación Alain Affllelou tienen sus puntos de recogida donde puedes deshacerte responsablemente de tus gafas viejas.
Después de mi operación de miopía, yo misma llevé mis gafas viejas a Multiopticas y me las recogieron sin problema. En otra óptica más pequeña también me preguntaron si quería aprovechar la montura de mis gafas de ver para hacerme unas gafas de sol.
Como vemos, con una correcta gestión de las gafas viejas estamos promoviendo la reutilización de las gafas y el uso de materiales reciclados, que correctamente procesados, podrán volver a ser útiles, evitando así la fabricación de nuevos productos desde cero.
2. Donar las gafas viejas a proyectos solidarios
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe un mayor porcentaje de personas con discapacidad visual en países con menores ingresos económicos, por lo que donarlas es una gran opción.
Si queremos donar nuestras gafas usadas deberemos informarnos de entidades comprometidas con la causa y que cuenten con programas de recogida y distribución de estos productos. Muchas de estas organizaciones disponen de talleres de reparación, por lo que, si están rotas, infórmate antes de darlas por perdidas.
Un ejemplo: la ONG Medicusmundi, a través de una colaboración continua con General Óptica, ha establecido una campaña para recolectar gafas usadas. Así, si quieres donar un par de antiguas gafas que ya no necesitas, puedes llevarlas a cualquier tienda de General Óptica para contribuir a esta causa.
3. Intercambiar, regalar o vender gafas de segunda mano
Otra alternativa sería intercambiar, vender o regalar nuestras gafas viejas que no estén muy rotas, así evitaremos la compra de un producto nuevo.
Si nuestras gafas están en buen estado, pero aun así creemos que no las vamos a usar más, podemos revenderlas o regalarlas a alguien que las vaya a usar. Si no conoces a nadie que quiera adquirir tus gafas usadas, puedes usar plataformas de venta de segunda mano para contactar con posibles compradores.
4. Reciclaje creativo
Antes de tirar tus gafas viejas, piensa en hacer upcycling con ellas.
El upcycling o suprarreciclaje es un método en el cual productos viejos o aparentemente inútiles que, sin pasar por un proceso industrial, se transforman y se les da una segunda vida generando un producto de más valor que el original.
Lo que para nosotros son un par de gafas viejas para otro puede ser una joya, formar parte de un objeto decorativo… ¿Lo habías pensado?
Gafas usadas y Zero Waste
Procesar adecuadamente las gafas que ya no usemos es una manera de velar por el mediombiente, pero más allá de eso, debemos ser conscientes y promover un consumo responsable.
Mi consejo Zero Waste es que alarguemos todo lo posible la vida útil de nuestras gafas, ya sean de sol o de vista. De esta manera evitaremos generar residuos innecesarios. Además, evitaremos también la fabricación de nuevos productos, con todo el consumo de recursos y energía que implica ese proceso.
Como decía, el consumo responsable gira en torno a no dejarnos llevar por el consumismo que nos rodea y que nos hace creer que necesitamos estar constantemente comprando productos nuevos para “estar a la moda”.
En algunas ocasiones hemos hablado de problemas ambientales de grandes dimensiones cuya solución o mejora es poco asumible individualmente. En el caso de las gafas, con pequeños gestos como venderlas, reutilizarlas, donarlas o reciclarlas ya estamos promoviendo una economía más circular, y somos más respetuosos con el medioambiente.