La teoría está clara, pero lo difícil es la práctica. Practicar activamente esto de llevar una vida Residuo Cero, sin morir en el intento… ¿Lo ves poco factible? Os cuento qué cambios he introducido yo en mi vida para empezar a ser Zero Waste, y cómo me organizo la semana para alcanzar una vida más sostenible.
Queremos un mundo más sostenible, pero lo cierto es que nuestra vida tiene que ser sostenible también. Tenemos, pues, que encontrar el equilibrio. Prácticas que podamos asumir e incorporar en nuestra rutina y que a la vez sean beneficiosas para el planeta.
Nuestro ritmo de vida acelerado puede provocar que en algunos momentos deseemos abandonar cualquier intento de ser Zero Waste, para volver a la facilidad de los productos desechables.
Pero para empezar en el Zero Waste, solo tienes que planificar y organizarte bien y, lógicamente, ser consistente.
Comenzar a ser Zero Waste: Pasos para empezar a vivir sin generar residuos
1. Haz tu propia Auditoria de Basuras y analiza tu consumo de plásticos
Para empezar a ser Zero Waste, un primer paso muy útil es hacer una Auditoría de Basuras.
Puedes realizar esta Auditoría de Residuos de dos formas:
La primera es, literalmente, analizando tus residuos. Revisa tu basura para ver cuales son los residuos que más generas. Así serás consciente de cuales son los productos que más consumes, qué tipo de residuo se genera con ellos y qué alternativas sostenibles y Residuo Cero existen.
Durante 5-6 días puedes realizar esta auditoría de basuras en tu casa para trazar un plan de acción. Así podrás empezar a Rechazar y Reducir, decidiendo de qué residuos puedes prescindir y cuáles sí o sí quieres seguir consumiendo.
La segunda, que es la que yo llevé a cabo en su momento, es hacer un análisis de mi día a día, repasando y apuntando en una hoja todo lo que hacía en un día normal para ser consciente de los residuos que generaba (especialmente plásticos). Por ejemplo, al levantarme:
- Qué desayuno y qué plásticos intervienen.
- Si voy al gimnasio, qué productos desechables llevo encima.
- Cuando me ducho, qué envases utilizo.
- En el trabajo, qué residuos genero más habitualmente.
Así tuve una primera toma de contacto con mi realidad. A partir de ahí ya puedes decidir qué residuos puedes eliminar con mayor facilidad. Por ejemplo, las botellas de plástico y los envases de champús fue lo primero que dejé de consumir.
Es cuestión de conocer la realidad de cada uno y adaptarse a ella.
2. Empieza por cambios Zero Waste fáciles y luego ves a más
Para ser Zero Waste tienes que empezar por lo que te resulte menos complicado. En mi caso, decidí aplicar estos 4 sencillos cambios Residuo Cero ya que era una manera de ver rápidamente el gran impacto que podía generar con simples actos.
Eso me motivó, y luego quise ir a más. Así que progresivamente he ido reduciendo mi generación de desechos en otros ámbitos:
- En la cocina, cuando congelo los alimentos.
- En el momento de hacer la compra.
- En el maquillaje ecológico que utilizo.
- En el baño, utilizando productos sólidos.
- En la limpieza del hogar.
3. Organízate correctamente
Por último, es igual de importante conocer qué cosas puedes modificar, como organizarte correctamente para que ese cambio sea efectivo.
- Por ejemplo, para evitar comprar comida take-away cuando estoy en el trabajo, me organizo bien para tener la comida ya cocinada de antes. A esto se le llama batchcooking.
- Lo mismo con la compra. Trato de no hacer más de una compra grande (es decir, de cosas a granel) al mes. Hago una sola compra a la semana, principalmente de frescos, pan y huevos, y siempre con la lista de la compra. De esta forma reduzco al máximo el desperdicio de alimentos.
- Por último, todo lo que solía comprar envasado y que puedo hacer yo misma sin que me suponga mucho tiempo o esfuerzo, lo hago. En mi categoría de Recetas Zero Waste podréis encontrar muchas de las cosas que elaboro a mano.
La conclusión es que tienes que organizarte de tal manera que el Zero Waste no te quite tiempo de tu día a día o te acabe agobiando. Encontrar el propio equilibrio es la clave.